lunes, 23 de diciembre de 2013

Unas rodillas diferentes


Las últimas veces que he escrito por aquí no he podido evitar hablar de mi lesión. Como mis compañeros Andand-o no se dignan a escribir nada desde hace tiempo, aquí vengo de nuevo con la película, pero esta vez hay algo de luz en el asunto. La decisión que tomé hace mes y medio espero que tenga gratas consecuencias.

Según escribo esto, han pasado 5 días desde que me operé de la rodilla. Ya hace casi seis años que comencé con molestias en las rodillas, al principio con parar varias semanas se pasaba el dolor y podía volver a entrenar y competir, pero desde el Costa Cálida 2012 (Marzo) todo cambió. Empecé a tener unas molestias diferentes: antes sólo me dolía después de correr, al enfriarse, pero poco a poco empecé a notar dolores puntuales mientras corría. Pero como los deportistas somos unos cabezones, no quise parar y seguí machacándome hasta que en los 2 Días de La Rioja (Junio 2012) ya no pude más.

Desde entonces, hace ya año y medio, no he vuelto a correr. La radiografía y resonancias que me hice encontraron que tenía un grave problema en las piernas. Mis tibias estaban desviadas unos 7-8º hacia dentro de la postura correcta, un problema de nacimiento (mis padres no debieron poner mucho empeño cuando me fabricaron) agravado por toda una vida de intenso deporte. La consecuencia es que en la parte interna de las rodillas, la tibia y el fémur están más juntos de lo normal y eso me había producido las siguientes lesiones:
  • Rotura de menisco interno de Grado III.
  • Condromalacia rotuliana muy avanzada. Prácticamente mi cartílago no existe y ya tenía un principio de artrosis.
  • Osteonecrosis en el cóndilo femoral interno. La palabra suena fatal, es una mancha negra en la inserción del fémur en la rodilla. Al juntarse tanto la tibia con el fémur, primero han taladrado menisco y cartílago y al no encontrar otra resistencia han impactado ambos huesos haciendo que un pequeño trozo del fémur esté muerto. 
Comparación de tibias con Alberto y Julio

Tras ese diagnóstico se me quitaron todas las ganas de correr y durante este tiempo lo he intentado todo: plantillas, gimnasio, piscina, medicación, fisioterapia, osteopatía, rehabilitación…pero nada, las mismas molestias. He hecho algún amago de trotar pero no había manera, hasta que ya no había otra vía posible que la operación. No con la intención de volver a hacer deporte, sino porque mis rodillas se habían convertido en carne de prótesis a medio plazo. Ya no era una razón deportiva, sino puramente de salud.

En la operación, mediante artroscopia me han regularizado los meniscos internos. Además me hicieron unos pequeños agujeros en el cóndilo femoral interno para que el hueso sangre y pueda recuperase parte de la osteonecrosis. Pero con eso sólo me habrían curado las heridas actuales dando pie a que el problema volviera a surgir al seguir existiendo la desviación de la tibia. Por tanto, para evitar eso me abrieron la pierna por debajo de la rodilla y me partieron la tibia (a martillazo limpio, muy agradable al estar totalmente consciente) para insertar un trozo de hueso que me sacaron de la cresta ilíaca (una estructura ósea cercana a la cadera) con el objetivo de nivelar el desvío del hueso. Ahora mi tibia izquierda ya está perfectamente alineada con el fémur.
 
Y a recuperarse. La pierna está totalmente inmovilizada y en 6-8 semanas espero poder andar normal. Después unos cuantos meses de rehabilitación (hasta Semana Santa imagino) y a partir de ahí, si me dejan, intentaré ver qué actividad deportiva puedo realizar. No sé si podré volver a correr como antes, además hay que tener en cuenta que la otra pierna la sigo teniendo torcida y tarde o temprano tendré que someterme a la misma operación.

Espero que con esta historia, todos los que sois aficionados e incluso adictos al deporte en general y a la orientación en particular, no cometáis el mismo error que yo. Hay que parar a tiempo, y conocer desde pequeño la forma de correr y la estructura física de cada uno. Si hace varios años me hubiese hecho unas plantillas, podría haber compensado el desvío de las tibias o al menos regular mi actividad deportiva. Afortunadamente, la medicina deportiva ha evolucionado mucho los últimos años y ya hay solución para casi todo, pero lo ideal es no tener que recurrir a ella.

Feliz Navidad a todos y esperemos que 2014 sea un poquito mejor!!